lunes, 1 de noviembre de 2010

CORAZÓN



Amado y cadencioso confidente
que conoce del alfa hasta el omega
de cuanto amor hasta la puerta llega,
de cuanta soledad el alma siente.


Divina luz que llega hasta la mente
en la sangre bermeja y andariega
que el corazón en su latir entrega
con un ritmo incansable y eficiente.


Laborioso artesano en su cantera
que muele sin el pico ni la azada
los rastros del recuerdo en la memoria.


Agita con orgullo tu bandera,
desde el anochecer a la alborada,
para marcar tu roja trayectoria.

ELIZABET ANDREA SANCASSANI
26/10/10